miércoles, 5 de noviembre de 2008

¡El queso me lo he llevado yo, tontaina!

Revisando mis antiguos libros me he encontrado con reliquias como "Yo estoy bien, tú estás bien" y otros muchos, fundamentalmente del Dr. Berne, cuyo cambio ortográfico me parece que no es suficiente para ocultar que también escribe ciencia ficción -psicológica en este caso- aunque bastante peor que el original. Y peores aún son aquellos libros dirigidos a los trabajadores y mandos medios del estilo "Cómo ser el mejor ejecutivo del mundo en 12 pasos", siendo el último best seller de este tipo que recuerdo, "¿Quién se ha llevado mi queso?" de un tal Spencer Johnson.
La idea principal de este tipo de literatura es convencernos de que no importa lo malo que te suceda, que todo es estupendííííííísimo para seguir progresando, en el sentido mas capitalista del término. No se cuestionan las decisiones empresariales, ni sus procedimientos, ni su lucro desmesurado y sin vergüenza... no. Lo importante es que sigamos todos produciendo, trabajando, no importa en qué condiciones, ascendiendo en la escala para maltratar a otros, para hacer sufrir al que le toque por debajo... en resumen, para que todo siga exactamente igual, sin que nada cambie, ni siquiera en la mas absurda de las crisis como es la que tenemos ahora.
Se nos está haciendo tragar con ruedas de molino inverosímiles y no hay voces, o al menos no se les permite expresarse en esta gran censura en la que vivimos, que discrepen y digan las verdades del barquero, que me parece a mí que la aparente complejidad de la economía es una artimaña para "déjanos a nosotros, que tú no entiendes", que nos endilgan bancos y gobiernos incluso "de izquierda" con la intención de que sigamos permitiéndoles mangonear. Para no hablar de nadie, me referiré a mí misma y mi propio desconcierto: tengo una hipoteca de usura que acabarán de pagar mis herederos y ha contribuído y sigue contribuyendo a enriquecer al banco, pero no es bastante y encima el gobierno les da un montón de millones de euros que salen de los impuestos de los "pringaos" como yo, que enriquecemos a los ricos directamente por los préstamos e indirectamente por los regalos gubernamentales.
Lo que peor me hace sentir es que me encuentro atrapada en este consumismo que se nos ha inculcado y no temo pasar necesidades sino tener que prescindir de mis lujos, grandes o pequeños, qué importa: mis libros, mis cervezas con los amigos, mis cenitas románticas... Debería avergonzarme, pero no lo consigo: me gusta mi estilo de vida, aunque sea injusto y a costa de la pobreza de otros... mi entereza ética no llega al sacrificio de mis placeres por la justicia... Mal futuro me espera, nos espera, si somos como yo. Luego nos quejaremos de la venganza del Tercer Mundo...

viernes, 3 de octubre de 2008

Topicazos

Voy a empezar por retractarme: no sólo no estoy arrepentida de haberme matriculado en italiano sino que estoy encantada por muchos motivos que ahora no procede enumerar (ya lo hago en el blog golfo).
Es cierto que me encantan los idiomas, no por sí mismos sino por el efecto mágico que me produce el poder comprender lo que dicen otras personas que hablan -y en consecuencia piensan- de manera diferente.
En la polémica ya tan antigua sobre si lo primero fué el pensamiento o el lenguaje, no me defino porque me parece una estupidez: uno no puede ir sin el otro. Pero lo que sí llevo claro es que el lenguaje modula y modela el pensamiento, pese a que influyan otros factores culturales que en este momento no voy a mencionar por falta de tiempo -y ganas-.
Nuestra concepción del mundo no sólo depende de nuestras experiencias personales, de la transmisión cultural recibida y otros factores similares, también del lenguaje aprendido, transmisión cultural al cabo, y de las mas fundamentales.
Sin pretender dar clases magistrales dado mi escaso conocimiento idiomático, sí que he encontrado algunos ejemplos comparativos que dan que pensar.
En nuestro idioma, el haber establecido los verbos auxiliares SER y ESTAR, hace concebir las acciones y los estados de manera diferente: sencillamente lo que ES tiene un carácter permanente e inmutable. Lo que ESTÁ es o puede ser temporal, transitorio. Esto no sucede en otros idiomas en los que se usa un solo auxiliar, dejando una ambigüedad que no veo claro cómo es resuelta. Y así múltiples ejemplos que podríamos reseñar pero que no hacen al caso.
Respecto de las ideas viene a suceder lo mismo: también funcionamos con rígidos patrones cognitivos en cuanto a estructura de funcionamiento y contenido: son los llamados tópicos y prejuicios. Hay quien atribuye su existencia a economía cognitiva, otros a la histórica rivalidad entre grupos diferentes y mil teorías mas... y que seguramente tengan su parte de razón, aunque lo fundamental es que nos invaden a todos, por mucho que intentemos combatirlos, pero nos delatan en los momentos mas insospechados o cuando no nos queda mas remedio que encarar nuestra realidad crudamente y sin parapetos.
No voy a negar que poseo estos vicios, seguramente mas que a muchas personas, y que a veces siento xenofobia -no racismo: el color no me importa, sí la cultura, creencias, etc.- pero diré en mi descargo que pese a todo, también lo reconozco y es una parte de mí que detesto profundamente, intentando combatirla no sólo intelectualmente sino de la manera que verdaderamente arraiga: conociendo gente de otros lugares y relacionándome con ellos limpiamente, de persona a persona, ESCUCHANDO aunque no comprenda su idioma, intentando ponerme en su piel -sus zapatos, que dicen los ingleses-. Y esta es una de las experiencias mas gratificantes que he vivido a lo largo de mi vida: hacerme consciente en algunas ocasiones de que, pese a todas las diferencias, siempre encuentro afinidades, pero de las importantes de verdad: que la diferencia es mas aparente que real, que finalmente somos mas iguales de lo que nos gusta reconocer y que donde quiera que vayas encontrarás gente diversa: alemanes creativos, españoles cuadriculados, italianos ordenados, franceses limpios, escoceses generosos, andaluces trabajadores, manchegos cariñosos, árabes respetuosos hacia otras culturas... y esa experiencia me parece que es trasmitida al otro, al diverso, que a su manera también la vive.
Decía al principio que estoy encantada con haberme matriculado en italiano. Esta ha sido mi última experiencia de esta naturaleza: la profesora es italiana y no tiene nada que ver con mi prejuicio sobre las italianas -todas ellas Anna Magnani bien enfadadas-. Es calmosa, correctísima, respetuosa, habla en voz muy bajita... y hace comprender el porqué de las diferencias idiomáticas y otras.
La maravilla de la experiencia es sentirla tan diferente, tan igual...

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Dios no existe pero está

Por primera vez en no sé cuantos días me empiezo a encontrar razonablemente bien, animada. Digamos que no me angustia el paro, ni la pérdida de seres queridos, ni el (la carencia de) dinero, ni mi madre, ni la imposibilidad de siesta de esta tarde, ni que empiece a estudiar italiano -a pesar de que ya estoy arrepentida de haberme matriculado-, ni tener que encontrarme en breve con amistades o lo que sea que no me apetecen nada de nada. Es la ausencia de la angustia y para variar, la satisfacción del trabajo bien hecho, lo que hacía tiempo que no me sucedía. Se me ha pasado la mañana en un periquete y además, teniendo yo razón en unas cuantas cosas, para que luego me descalifiquen algunas imbéciles... En esto de los insultos, quien quiere ofender frecuentemente se define...
Bien se ve que esto del pensamiento negativo está requetearraigado en mi estilo cognitivo, pues ante la menor contrariedad se me desencadenan una serie de fantasmas y miedos que me hacen la vida imposible. Con todo, aquí estamos... aunque a veces sea alucinando.
Hace unos minutos estuve tomándome un café en mi pausa de media mañana y me he encontrado en una de esas situaciones surrealistas, sin pies ni cabeza y que las origino yo generalmente por adoptar alguna conducta que es completamente impropia de mí, como en este caso: iniciar una conversación con desconocidos.
En mi cafetería habitual me encuentro cada día con una señora con discapacidad mas o menos de mi edad. Siguiendo los modales bien inculcados por mi madre, aunque no la conozco de nada la saludo siempre al entrar al local. Buenos días y ya. La señora no me respondía hasta hace unos días: calificada como grosera y punto. Automáticamente olvidada. Pero he aquí que hoy llega ella después que yo y se acerca a la barra y es entonces donde mi conducta varía y la lío. En vez de los consabidos "buenos días", digo "hola, ¿qué tal?". Parece inocente, pero no. No sé qué resorte he desencadenado porque de pronto me ha contado su vida: que está casada, que tiene tres hijos pero que uno como si no, que tiene muchas cosas que hacer, que su familia es estupenda, que cada mañana viene a tomarse un café -como si ésto no lo supiera ya- y así hasta el infinito y sin posibilidad de intervenir y menos de cortarla. ¡¡¡A quien se le diga que estaba deseando volver al trabajo!!! Aínas si puedo, aunque al cabo se acuerda que tiene que mirar el cocido y desaparece como por ensalmo, y eso que es hemipléjica. Las camareras, mueeeeertas de risa, me advierten que es una pesada y que lo voy a flipar con la tabarra que me va a dar en lo sucesivo...
Pues no. Lo va a intentar una vez y a continuación huirá despavorida: en cuanto le pregunte por su discapacidad. Si lo sabré yo, después de 20 años trabajando con minusválidos...

lunes, 15 de septiembre de 2008

Llegar a los 47

El viernes pasado, 12 de septiembre, cumplí 47 años. ¡Cómo pasa el tiempo! Supongo que ese era el momento de haber escrito sobre ello, pero creo que estuve tan ocupada con las cosas de la vida cotidiana que ni siquiera pude pararme a pensar sobre ello. Hoy que me encuentro un poco melancólica voy a dedicarme a ello no porque lo considere interesante sino porque lo necesito.
Sé que es un tópico esto de las efemérides y para personas tan poco apegadas a tradiciones como yo debería ser especialmente claro, pero también me doy cuenta que nuestra vida toda se rige por la parcelación del tiempo presente, pasado e incluso futuro, que es el colmo ya que ni siquiera hay un mínimo de garantías de que llegue. Pero funcionamos así. Yo también.
Me paso la vida repitiéndome una y otra vez "carpe diem", pero hay algo en mí que se resiste a ello, pasándome el tiempo angustiada por miedo al futuro, que es mi miedo. No temo a la muerte, ni siquiera al procedimiento de morir, pero sí a los problemas del futuro, algunos de ellos completamente triviales o al menos solucionables: quedarme sin dinero, perder el empleo, la repercusión de la crisis económica... que puede llegarme o no. Sin embargo no temo lo que es seguro que me va a ocurrir y que además es especialmente grave, tal como la muerte de mi madre, alguna enfermedad de importancia, pérdida de seres queridos, amigos, amores... y el desapego que le tengo al mero hecho de estar viva, de seguir respirando. A veces pienso si mi instinto de supervivencia no me habrá hecho "cric" y se haya roto completamente... no es sólo que no tema a la muerte, es que vivir me parece que está sobrevalorado. Malo parece para llegar a realmente vieja...
Siento que la vida se me escapa entre los dedos y tengo la sensación de que se me acaba a media cocción, sin haber hecho no ya cosas "importantes" en el sentido social del término sino ni siquiera para mi misma, en mi desarrollo personal. Mi familia y amigos, por supuesto, no están de acuerdo con esto porque opinan que me ocupo de muchas cosas, de muchas personas, que llevo a cabo actividades beneficiosas para la gente, tanto en mi desempeño profesional, como soporte fundamental de algunos miembros de mi familia, o en actividades dentro de Cruz Roja... pero no sé, no estoy satisfecha, como si algo profundo me fallara, estuviera incompleto. Una intensa insatisfacción que durante los últimos meses se me está acentuando. Lo malo no es esto sino el serio convencimiento de que haga lo que haga será lo mismo, seguiré siendo infeliz.
¿Qué es lo que me está envenenando? Al final creo que es este miedo real e irracional, que se concreta, como he dicho, en aspectos escasamente relevantes o cuando menos, en cosas que no deberían serlo tanto. Pero hay otras mas que están influyendo profundamente, como mi insatisfacción laboral, tanto por el trabajo desempeñado como por el ambiente tan desagradable que se respira. Supongo que el cambio de una compañera concreta sería muy bueno para el conjunto y se rendiría mas, pero la cosa parece poco propicia... Y eso que la decidida a marcharme soy yo, pero tampoco aparecen ofertas apetecibles, ni siquiera viables, de modo que me toca aguantar mecha no se sabe cuanto. Por no decir que seguramente, pasado un tiempo, volvería este sentimiento que llevo tatuado en mi personalidad.
Pero finalmente, tampoco importa tanto. He llegado a los 47, lo que ya empieza a ser de cierto mérito: he vivido mas de la mitad de mi esperanza de vida como mujer española. Bueno, no está tan mal, visto lo visto por ahí (y por aquí)... y a confiar en mi tradicional buena suerte que siempre me saca de los atolladeros mas difíciles. Dios proveerá, que decimos los ateos...

viernes, 5 de septiembre de 2008

Famoseo

La llamada "prensa rosa" está desmadrada. Ha rebasado todos los límites deontológicos y ni siquiera se cumplen requisitos mínimos de profesionalidad: no se comprueba la veracidad de la información, ni siquiera importa que tenga un mínimo de apariencia de verosimilitud. Cualquier cosa que aumente la audiencia vale, aunque sea manifiestamente mentira con tal de que contenga el suficiente morbo como para atraer a lo peor de la sociedad, de nosotros mismos.
Hay "profesionales de la venta de exclusivas" que son famosos y viven de la nada, de vender sus intimidades tras llegar a ser conocidos por conductas fundamentalmente relacionadas con la bragueta. Son las Belenes Esteban del potaje. Pero son obvios, no engañan a nadie, van a lo suyo. En realidad no me importan y me parece que si venden es porque hay quien compre. A los que no tolero de verdad es a los periodistas que los sacan de anonimato y les permiten seguir viviendo del cuento y que ellos mismos se estén convirtiendo en personajes mediáticos.
Hay otros famosos que son muy celosos de su intimidad hasta que necesitan promocionarse o vender un producto que representan. Son los enemigos acérrimos de los paparazzi que se vuelven amabilísimos y responden cualquier pregunta que se les plantee por descarada que sea y que una vez acabado el negocio retornan a su odio, a la defensa de su "dignidad" y "derecho a la intimidad". Los conocemos perfectamente: Fran Rivera, Isabel Pantoja, la Duquesa de Montoro (¡cómo cambia cuando vende los ositos de plata!)...
Otros famosos que deben su reputación a su actividad profesional y que no negocian con sus intimidades, también se ven expuestos a los tiburones de la prensa, no por interés sino por haber infringido el sagrado deber de la discreción, que debe ser especialmente cumplido por los personajes públicos pero que éstos no lo hacen, exponiendo a sus familiares y sobre todo a sus parejas en eventos públicos y permitiendo que sean fotografiados. En definitiva, dándolos a conocer. Otras muchas veces se debe a que se relacionan con las personas que menos les convienen. Sea cual sea el motivo, sus vidas privadas son del dominio público, muchas veces debido a que sus ex, por dinero o venganza o ambos, airean los trapos sucios del famoso, como les sucedió a Martina Navratilova, Paul McCartney, Jodie Foster...
Finalmente están los personajes famosos pero auténticas víctimas de la inmoral prensa "de las porteras", que ni han intentado beneficiarse con su fama, ni han sido indiscretos, ni se han relacionado con quienes no debían, pero que al trascender algún acontecimiento que les concierne, normalmente muy a su pesar, han desbocado a los perros de presa que se ceban con ellos, apareciendo a continuación las hienas a devorar los despojos. El último caso que conozco es el desencadenado a raíz del fallecimiento de la Duquesa de Medina-Sidonia, cuya vida privada ha sido aireada, manipulada, tergiversada y a propósito malinterpretada, y su viuda, principal víctima del caso ya que es la que ahora tiene que enfrentar esta humillante e indigna situación, indefensa ante tan poderosos adversarios, ella que siempre se mantuvo en segundo plano, casi invisible.
Por cierto, que a los propietarios de los medios de comunicación JAMÁS les sacan los trapos sucios, que para eso son los amos, y ya puestos ¿es que nadie siente curiosidad por saber si Polanco -que en gloria esté o donde le corresponda- dormía siempre con su esposa?
A esto es a lo que han llegado los medios de comunicación, si la llamada "prensa seria" mantiene secciones de horóscopos y cada vez aumenta mas el espacio dedicado al famoseo, si no interesa informar sino provocar instintos y añadimos la manipulación de los grupos de poder, vamos encaminados sin remedio a una sociedad ignorante, condenada a repetir sus errores, manipulada, dócil, sin objetivos, hedonista y egoísta... ¡Qué asquito me está entrando!...
Si todavía me parece bien seguir viva es porque aún encuentro algun@s "raros" que piensan, que poseen honor y ética, que son ejemplares y definitivamente auténticos "homo sapiens sapiens".
Quizá quede algo de esperanza para la humanidad, después de todo.

Los mejores de ninguna parte

Hay quien prefiere ser cabeza de ratón que cola de león, pero en España nos sucede que somos cola de ratón y nos creemos cabeza de león.
Esta frase tan antipatriota -según los defensores de la ultraespañolidad- se debe a los últimos comentarios oídos en los medios de comunicación de nuestro país sobre la extraordinaria opinión que de nosotros tienen en el extranjero por los logros obtenidos en diversos ámbitos.
Aburridita me tienen de tanto oír que el mundo nos admira por nuestros recientes éxitos deportivos, culturales, artísticos... Copa de Europa, campeonatos de baloncesto, Rafa Nadal, Penélope Cruz, Antonio Banderas, Pedro Almodóvar... Y así me lo creería de no leer mas que nuestra rimbonbante prensa nacional; pero como creo que hay vida mas allá del corral de mi casa y gracias a internet, me informo en otras fuentes y... ¡Oh, Dios mío! Será cosa del idioma, pero yo veo otras cosas. No sería tan raro, si hay muchos malentendidos hablando el mismo, con traducción por medio, imagínense... Pero creo que no es esta la causa sino mas bien que tiene que ver con nuestra natural prepotencia y chulería.
En los ciberperiódicos europeos -en los norteamericanos raramente aparecemos- yo no percibo admiración hacia los últimos éxitos deportivos sino justo lo contrario, sorpresa de que ocurran, que es bien distinto: en realidad nunca contamos en los pronósticos.
La misma historia nos encontramos con nuestras "stars" hollywoodienses (jolivudienses, carajo). Fuera del ámbito latino, Penélope cruz es una completa desconocida y Antonio Banderas, casi. Galán, sí, pero de los "espaldas mojadas" y cada vez menos, porque va teniendo ya una edad... Si no me creen no tienen mas que ver la categoría de las películas en las que intervienen, los papeles que les dan e incluso el escaso protagonismo en la mayoría de los casos. De la Pataky sólo se sabe que es la novia de Adrian Brody, pero allí ¿quién es Mr. Brody? Sólo lo saben intelectualoides y "enteradillos", los mismos que recuerdan a Pedro Almodóvar de quien dudo que lo hagan por su talento y mas sea por exótico y "friki".
Como colofón me voy a referir a nuestros magníficos premios "Príncipe de Asturias", que parecieran equivalentes a los Nobel, los Oscar o la antesala de los mismos, y no.
Que el "Príncipe de Asturias" del deporte se lo hayan concedido este año a Rafa Nadal me parece de perlas, porque además de merecerlo, estimo que siempre debe ser para españoles, en vista de que realmente los extranjeros no le conceden el menor aprecio. Tengo pruebas:
-Carl Lewis: No vino a recogerlo porque no le apetecía viajar desde su casa. Se comprende, el "jet lag" es tan molesto...
-Lance Armstrong tampoco vino porque ¡no iba a interrumpir sus vacaciones por este evento!
-Martina Navratilova no hizo acto de presencia porque la ceremonia le coincidía con un partido de exhibición por el que le pagaban 5.000.000 $ y ¡amigo, eso son palabras mayores! Sobre todo si lo comparamos con los 70.000 $ del "Príncipe de Asturias. Lo que resulta sospechoso es que en la biografía que aparece en la website oficial de la tenista, donde aparecen otros numerosos premios y reconocimientos, el nuestro ni lo mencionan, demostrando así el "enooooorme" valor que conceden al galardón hispano.
PD. En las pasadas olimpiadas de Pekín nuestros profesionales periodistas y "tertulianos" auguraban un medallero que ya quisieran para sí las potencias deportivas. No comento mas. A los resultados me remito.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Violeta apestosa

Esta entrada sí que va a ser políticamente incorrecta porque para variar, va a mostrar la parte mas impresentable de una víctima de la violencia de género, Violeta Santander, y no de su maltratador, Antonio Puertas, que sería lo habitual.
Hay un hombre en coma por defender a una mujer, completamente desconocida para él, de las agresiones a las que estaba siendo sometida por su pareja. Probablemente morirá o sufrirá secuelas gravísimas e irreversibles. El violento ha declarado sin el menor arrepentimiento que dejó de golpearlo porque ya no se movía. De otro modo habría continuado.
El agradecimiento mostrado por la salvada hacia su paladín es cuando menos chocante, declarando a la revista "Interviú" que "no creo que sea un héroe", llegando incluso a negar que su pareja la atacara y que fué Neira (su defensor) el que se metió en medio de una simple discusión de enmorados, que provocó verbalmente a su novio, etc. y que su Antonio es un hombre muy bueno y educado, pero que tiene un problema con las drogas, que si cuando Neira intervino ella estaba en el suelo es porque es muy inestable y se cae mucho. En el colmo, a la atribulada Sra. de Neira le dijo que si su marido estaba enfermo, su pareja también.
Por motivos bien distintos yo tampoco creo que Neira sea un héroe, sólo un ciudadano ético que cumplió con su deber cívico de defender al débil, con principios que el impidieron asistir impasible a una injusticia, un abuso, un delito, y que las consecuencias que padece y sobre todo la rareza de su comportamiento en una sociedad tan violenta e insolidaria le han convertido en héroe muy a su pesar.
Posteriormente he averiguado que el tal Antonio Puertas es un pijo, hijo de papá con bastante dinero y drogadicto, pero de los que no tienen que hacer cola en la FAD.
De las características de las mujeres maltratadas no me hablen, que soy profesional de este ajo y ya se de dependencias emocionales, bajas autoestimas, miedos, indefensiones, etc. que son ciertas casi siempre, pero también conozco el poder de la víctima durante el período llamado de "luna de miel", del rechazo a ponerse a trabajar aunque eso libere del maltrato, del uso de las denuncias "para dar un escarmiento" o para obtener beneficios sociales -como las extranjeras para obtener papeles por la vía rápida-, despilfarro de recursos públicos al acabar finalmente volviendo con el agresor, etc...
Cuando aún no hemos superado la idea de que si a una mujer la maltratan es "porque algo habrá hecho", viene la Srta. Santander a reforzar todos los tópicos mas machistas contra las mujeres víctimas de violencia a manos de sus parejas o exparejas.. Flaco favor te has hecho y nos has hecho a todas las mujeres.
El telediario de anoche decía que el ejemplo de Neira servirá para tomar conciencia contra este tipo de violencia y que favorecerá las denuncias entre los testigos, actualmente casi inexistentes. Nada mas lejos de la realidad. Después de lo que le ha sucedido a este pobre hombre, uds. me dirán quien se atreverá a complicarse o incluso a jugarse la vida por una mujer que bien se le puede luego volver en contra.
Y los violentos ya tienen la certeza, aún mas, de que ellas siempre serán suyas, que siempre perdonan.
En tu caso, Violeta, algo me huele especialmente mal. Eres maltratada pero tu perdón hiede. Parece mas propiciado por el dinero de la familia de tu novio que por el amor. ¿Se puede querer al que te maltrata? Una última cuestión, mujer: ¿Cuánto has cobrado por la entrevista a "Interviú"? Espero que no llegues a hacer un posado desnuda en la portada...
Violeta, hermoso nombre de bella flor. Lástima que esta vez esté arraigada en el basurero de tu cerebro, porque el corazón lo perdiste mientras Antonio pateaba a Neira.
¡Ójala que no tengamos que acudir a tu prematuro funeral por causa de tu amado novio!